Texto y fotografía: Gustavo Bravo Govea
Las editoriales cartoneras pertenecen a un movimiento contracultural latinoamericano que surgió en 2003 en Argentina. Llegaron a México en 2008 y en 2011 se creó la primera editorial cartonera de Pachuca, Hidalgo: Nuestro grito Cartonero. Sin embargo, el proyecto no prosperó y llegó a su fin dos años después. No obstante, uno de sus fundadores, Miguel Ángel Martínez, licenciado en psicología, escritor y editor, decidió iniciar nuevamente un proyecto cartonero, pero ahora completamente a su manera. Así fue como en 2015 nació Pachuca Cartonera.
—Lo que busca Pachuca Cartonera es fomentar la lectura a un buen precio y generar comunidad. Entonces no solamente nos dedicamos a publicar libros, sino también a dar talleres de encuadernación, maquetación y escritura. Aprovechando mi perfil de psicología, también impartimos talleres de terapia narrativa.
De acuerdo a Miguel Ángel, uno de los primeros desafíos de Pachuca Cartonera fue sobrevivir, lo cual siempre es un problema, sobre todo con tirajes tan cortos y con un trabajo artesanal. Otro reto fue hacerse de un nombre, ya que las editoriales cartoneras eran muy mal vistas en Pachuca. Conseguir que la gente valore los libros y los procesos manuales y artísticos que proponen es complicado porque el público ya está acostumbrado no solamente al libro industrial, sino también al digital.
—Recuerdo mucho a un señor que me preguntó por qué vendía tan caros los libros si eran artesanales y yo no pagaba impuestos. Al contrario: por ser artesanal debería ser más caro, porque te estás llevando el arte del autor, del que hace el libro como objeto y del portadista. Entonces hay mucho trabajo que hacer en ese sentido de sensibilizar sobre otros procesos artísticos.
Afortunadamente, después de diez años, Miguel Ángel considera que ha logrado hacerse de un prestigio favorable para la editorial. Dentro de su catálogo, tiene autores con cierto renombre como Yanira García, Danhia Montes y Laura Cuevas, así como escritores que se han dado a conocer por gracias a la editorial, como Vianey Pascual, cuyo libro cartas en el desierto se ha vendido muy bien.
Para Miguel Ángel, la ventaja del cartón es que permite reducir costos y agregarlos a otras partes del proceso. Las portadas que él trabaja son grabados o serigrafías de artistas mexicanos, piezas originales que rescatan técnicas artesanales. De esa manera, la editorial también promueve una forma de ecología, al reutilizar materiales que serían desechos, y apoya a artistas plásticos al difundir su obra en las portadas.
—A mí me parece que soy heredero de cuarta o quinta generación de este tipo de editoriales. Lo que me encanta del cartón es que, de alguna manera es la materia prima y de desecho por excelencia de las ciudades. Entonces, mientras exista la ciudad, existirá cartón, y siempre habrá material con el cual trabajar.
Aunque durante un tiempo Miguel Ángel colaboró con otras personas, desde hace algunos años es el único encargado de Pachuca Cartonera. El próximo año planea no publicar muchos títulos, ya que actualmente cursa un doctorado en Ciencias Sociales.
—No pienso darle mucho foco a la publicación de nuevos títulos. Hay alrededor de cuatro en puerta, que para una editorial independiente son bastantes, sobre todo cuando solo trabaja una persona. A mediano plazo quiero generar espacios donde pueda ofrecer talleres de manera más constante. Creo que Pachuca Cartonera seguirá creciendo poco a poco. También nos estamos haciendo espacios en otros lugares: hemos encontrado mucho recibimiento en Veracruz, donde al menos dos veces al año nos piden charlas, conferencias, presentaciones y talleres. Entonces quizá podamos estar más presentes también allá y en otros estados, y empezar a abrir nuevos mercados.
Los libros de Pachuca Cartonera se encuentran a la venta en varias librerías de la ciudad de Pachuca, ferias del libro y a través de su fanpage de Facebook Pachuk Cartonera Editorial, donde se pueden hacer pedidos desde cualquier parte del mundo. En Pachuca realizan las entregas a domicilio.